Los cerebros mutan, niegan y aceptan. Se mueven, contraen, trasladan; ríen, se entristecen, se sobrecargan, relajan y desconcentran. Son el yo y el súper yo; el conciente y el inconciente también (ideas y sueños). Mas no lo son todo. Nosotros somos también el pedazo de carne siamés del intelectual que nuestro cráneo protege. Este siente, se estremece y enferma, el viento, la piel de gallina, el agua; los otros. Y así, de a dos (juntos), mente y cuerpo se encaminan en una bella historia, un amorío tal vez, del cual uno es hijo. Yo soy hijo de padres separados y he aquí las crónicas de una separación espantosa y la historia de un cuerpo que, despechado, dio plena libertad de acción a su deshabitada cavidad ósea.

12 mar 2009

Anatomía III

"Oh, maldita sea" comentan las neuronas que me habitan, transporto y crean; "La tele nos hace sentir acompañadas, caímos en la trampa". Es una situación crítica, las sinapsis acortan sus distancias en el tiempo y el mensaje de que algo se ha corrompido en el seno mismo de la organización nerviosa llega en una diezmillonésima de segundo a todas la ciudadanas. Alerta roja. Mientras tanto yo miro la tele, me río de vez en cuando con el gordo Larry y como papas fritas. Cronch cronch. La asamblea se organiza y comienza en cosa de un segundo; congregadas las 100 mil millones, una toma la voz de mando: "Hermanas; observad el estado del hombre del cual todas somos oriundas, contaminado por la modernidad. Y somos nosotras mismas las que hemos de estar manchadas de esta solitariedad enferma. Aquellos problemas que tiramos en la corriente sanguínea tendrían que haber sido guardados en sus bolsillos, analizados y transformados ¿Dónde está su conciencia psico-ecológica? Los grandes deltas de sustancia gris hoy estan negros ¿Es que acaso no saben que los problemas se acumulan? Hablen y hablemos ¿Qué es lo que está pasando?" En el fondo unas neuronas jóvenes y ebrias hasta la estupidez gritaban cantos en alabanza a la neurona que acababa de callar. En el hemisferio izquierdo algunas tantas se peleaban entre ellas y muchas otras permanecian en silencio a su pesar; locamente tímidas. A mí me pica la cabeza, me rasco con la mano cerrada y el índice cual un garfio en una actitud inintencionalmente simiesca. Le doy un trago a la lata de lo que sea que tengo y doy con un re partido. Banfield-Racing.
La neurona-india; sin mirar atrás libera unas lágrimas recordando el viejo mundo.
La neurona-india; sin mirar atrás libera unas lágrimas recordando el viejo mundo.

4 comentarios:

  1. tu fantasía de que hay una mitad tuya noble y una mitad tuya guachin... creo que la resistencia de las palabras suea parecido por unos momentos.

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  2. esta bueno, me gusto lo de "Hablen y hablemos ¿Qué es lo que está pasando?" me ls re imagino a las neuronas pedagogicas encarando el problema.

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